martes, 16 de abril de 2013

Teatro clásico francés: Molière

Teatro clásico francés: Molière
A mediados del siglo XVI la creación artística europea muestra una nueva preocupación por lo religioso y moral. En el Barroco (siglo XVII) los rasgos más significativos son el desengaño, el pesimismo y la ruptura de los ideales renacentistas.

Sin embargo, en algunos países como Francia, la literatura del siglo XVII continúa las formas renacentistas y la imitación de los clásicos grecolatinos en un movimiento artístico llamado clasicismo. De esta forma el teatro debía someterse a la regla de las tres unidades (tiempo, lugar y acción).

En Francia el teatro tuvo un florecimiento más tardío y fue menos popular que en otros países como España o Inglaterra. Las características que definen a este teatro son:

-El teatro se desarrolla bajo el patrocinio de la realeza y la corte

-Su género de preferencia era la tragedia

-El teatro se somete a la regla de las tres unidades

-Los argumentos están inspirados en la antigüedad clásica

-Se eliminan los argumentos que atentan contra el clero

-la intención era provocar admiración y asombro

Por tanto el teatro en Francia no será un género popular, sino elitista.

Destacaron diversos autores, como Corneille, que es considerado el creador de la tragedia clásica en esta época, y que sustituyó la acción externa por la intriga psicológica. Su obra mas conocida es "El Cid". Otro autor destacado es Racine, que depuró la tragedia simplificándola al máximo, centrándola en problemas humanos. Algunas de sus obras son "Fedra" o "La Tebaida".

El autor más destacado dentro del teatro clásico francés es Moliere, cuya aportación es decisiva para la evolución del teatro en Francia. En él se funde la tradición medieval, la influencia italiana y española. Es maestro tanto de la farsa como de la comedia de costumbres, y en esta mezcla radica su originalidad. Es dramaturgo, actor, y fue capaz de dirigir su propia compañía. Además obtuvo la protección de la corona y el favor del público. Las obras de Moliere encierran un propósito moral: ridiculizar y denunciar los vicios y comportamientos de su tiempo, como la hipocresía, la educación, la frivolidad de la nobleza, el papel de la mujer, la pedantería, etc. Pero simpre con el objetivo de hacer reir. Para ello utiliza todos los recursos a su alcance: juegos de palabras, interrupciones, rapidez en los diálogos, etc.

La acción en sus comedias interesa solo como medio para retratar a los diversos personajes. Crea una serie de personajes "tipo" caracterizados por la astucia y la rebeldía. Sus protagonistas suelen encarnar un defecto llevado a su máxima expresión.

1 comentario: